Docentes de la Universidad de La Salle participaron de investigación sobre Covid-19 como sindemia en la ruralidad colombiana: brechas y desigualdades, donde se habla sobre cómo la pandemia evidenció mucho más las inequidades que se presentan en la ruralidad y también en las promesas del Gobierno en ayudas y su implementación para estas zonas del país. Luis Carlos Villamil, docente de epidemiología de la Universidad de La Salle nos cuenta cómo durante esta investigación llegaron a algunos resultados.
La investigación se centró en pequeños y medianos productores en el sector rural, en donde pudieron evidenciar una serie de inequidades en temas de bancarización y de salud. Las entidades prestadoras de este servicio tienen una presencia menor en las zonas rurales si se compara con las urbanas, en algunos municipios cuentan con un puesto de salud donde está presente una enfermera y con cierta regularidad un médico.
Luis Carlos Villamil asegura que, “Colombia es el segundo país más inequitativo de América Latina y el Caribe después de Honduras, en más del 50% de los municipios de la ruralidad y la ruralidad dispersa se evidencia una inequidad en el acceso a la tierra. Este sector ha estado en un abandono histórico, desde una perspectiva educativa, de servicios, presencia del Estado entre otros, la sindemia entonces se presenta en ese tipo de ámbitos, pues esta se refiere a que esa enfermedad hace sinergía en impactos sociales y económicos agudizando la pobreza, el hambre y el desempleo”.
Otros resultados que encontraron fueron: la pobreza e inequidad hacían difícil que esos productores tuvieran acceso a los apoyos y programas que se habían diseñado durante la pandemia para el sector agropecuario. Por ejemplo, a los pescadores artesanales del Golfo de Morrosquillo se les dificulta la medida de lavarse las manos con agua y con jabón dado que no cuentan con agua potable. Adicionalmente, las comunicaciones eran difíciles porque las familias que contaban con un celular debían dárselo a los niños para que pudieran estudiar. El impacto de salud y economía también les pegó fuertemente, pues se evitó la promoción de los desplazamientos al campo para evitar el contagio en las comunidades rurales.
“La situación de la pandemia en el ámbito rural en Colombia fue un proyecto que se financió con recursos de Colciencias. Un grupo interdisciplinar de docentes economistas, epidemiólogos infectólogos y salubristas del Grupo de Epidemiología y Salud Pública en nombre de la universidad participamos en una convocatoria que se llamó Mincienciatón. El Grupo de Epidemiología y Salud Pública conservó su calificación de A1 en la convocatoria de Minciencias lo que refleja la excelencia de este proyecto”, concluye Luis Carlos Villamil, docente de Unisalle.
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