Desde el inicio del 2022 hasta la fecha han asesinado a 75 líderes sociales y 50 firmantes del Acuerdo de Paz, conocidos como excombatientes. Estos datos reflejan una “preocupante situación estructural en relación a lo que se firmó en 2016. Existe una baja implementación de dicho acuerdo lo cual evidencia solo la punta del iceberg de una situación que debe parar. El gobierno no ha logrado entender las reales necesidades de la sociedad y esto queda expuesto en los últimos acontecimientos sociales en donde se ha violado el derecho a la vida”, comenta César Niño, docente de la Facultad de Economía, Empresa y Desarrollo Sostenible.
Como consecuencia de estos asesinatos y del poco respeto evidenciado por el Gobierno actual ante el Acuerdo de Paz, surge otra situación que se está viviendo con el Paro Armado que está afectando al menos once departamentos del país; ante esta situación el docente Cesar expresa, “lo que hizo el Clan del Golfo se puede resumir en cuatro puntos: primero, demostrar que es un grupo ilegal que no está acabado, segundo, manifestar que la extradición de su líder no es un impedimento para que la organización siga delinquiendo; tercero, condicionar al Estado a sus exigencias y cuarto, probar que el Gobierno Nacional no ha escuchado las verdaderas necesidades de un país”.
Adicionalmente a estas difíciles circunstancias, hace algunos meses el país se estremeció con el asesinato de varias personas, incluidos niños y mujeres, en un resguardo del Putumayo a manos del Ejercito Nacional. Para el profesor Niño, “esta situación es lamentable porque pareciera que los miembros de las Fuerzas Militares no han aprendido de los grandes demonios de la guerra. El Estado debe de ser siempre el garante de la vida y de la seguridad de las comunidades y en los últimos tiempos se demuestra que esta garantía no existe y deja entre dicho, la poca inteligencia militar que tienen las Fuerzas Armadas del país”.
Nuestra sociedad está ad portas de momentos cruciales en términos políticos y sociales. El nuevo gobierno debe escuchar a la sociedad y entender las verdades necesidades y problemáticas que los agobian. Es hora romper los paradigmas estructurales del Estado y dar respuesta con hechos, con garantías y con seguridad a la vida de cada uno de los colombianos.