Las recientes elecciones presidenciales en Venezuela han sido objeto de numerosas críticas y denuncias de fraude por parte de la oposición y la comunidad internacional. El Consejo Nacional Electoral - CNE declaró ganador a Nicolás Maduro con el 51 % de los votos.
Esta sospecha de fraude ha generado una ola de protestas en todo el país, con miles de venezolanos saliendo a las calles a exigir la entrega de las actas y un reconteo de los votos. El Gobierno ha respondido a las manifestaciones con una fuerte represión, deteniendo a cientos de marchantes y líderes opositores.
El país está paralizado y la ONG ‘Foro Penal’ reportó hace algunas horas 988 detenidos y 11 muertos. Entre tanto, ocho días después, el CNE no ha publicado las actas y Estados Unidos ha optado por seguir arrinconando a Maduro y reconocer como presidente a Edmundo González.
Por su parte, los gobiernos de Colombia, México y Brasil apuestan a una salida negociada, pero hasta ahora los acercamientos siguen en el aire.
¿Qué viene para Venezuela?
Rubén Vergara, profesor del programa de Negocios y Relaciones Internacionales de la Universidad de La Salle, asegura que “el escenario futuro es de incertidumbre y de mayor polarización política, donde la ganancia de unos participantes en este conflicto significa la pérdida para otros, por lo que el Gobierno de Maduro pretende mantener el statu quo ganando tiempo y con ello, la probabilidad de negociación será mínima”.
Para el profesor Vergara “la posibilidad de mediación no está dada y hoy no existen las condiciones estructurales para que se solucione la crisis”. Y es que ha sido el gobierno colombiano el que ha encabezado estos acercamientos diplomáticos, junto con los gobiernos de México y Brasil, algo que le ha significado fuertes críticas de otros países en la región.
“Las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela son históricas y tienen varias aristas, ello explica su complejidad, por eso el presidente Gustavo Petro ha llamado a la cautela”, explica Vergara. “Estas relaciones tienen múltiples intereses en materia de comercio fronterizo, del fenómeno migratorio y el papel del país vecino en las negociaciones de paz con el ELN”.
Es por esto que cerrar la posibilidad de negociación, implicaría efectos económicos y políticos negativos o adversos para ambos países.
Las salidas a la vista
A diferencia del 2019 cuando Juan Guaidó se autoproclamó presidente encargado de Venezuela, en la actualidad la polarización en el país es inminente y la población continúa en las calles mientras otros países de la región han declarado a Edmundo González como presidente.
“Esto tiene efecto simbólico a nivel del apoyo internacional, pero es nulo en términos jurídicos”, indica el profesor, quien también asegura que lo más importante en estos intentos de negociación es pensar en la población civil que está sufriendo las consecuencias de la crisis.
Los más críticos creen que el chavismo solo busca ganar tiempo con otro diálogo largo que no terminará en nada. Algunos proponen repetir las elecciones con una verificación exhaustiva, mientras que otros sugieren un diálogo directo con amnistía para Maduro y su círculo cercano para que abandone el poder.
Cualquiera de estas opciones será complicada de ejecutar y podría llevar mucho tiempo. La situación sigue estancada y, mientras tanto, la incertidumbre y el desencanto se apoderan de los venezolanos.
