Teniendo en cuenta que la historia del conflicto entre Israel y Palestina se remonta a finales de la Primera Guerra Mundial, donde los ingleses se comprometieron tanto con los judíos que habitaban en Gran Bretaña como con la comunidad árabe para otorgarles control sobre el territorio palestino, es esencial comprender cuáles han sido algunos de los desencadenantes de la confrontación que comenzó el pasado 7 de octubre, con los ataques perpetrados por parte del grupo armado Hamás contra Israel.
Para Lucas d’ Auria, docente del programa de Negocios y Relaciones Internacionales de la Universidad de La Salle, comprender las transformaciones que el conflicto palestino-israelí ha tenido en el siglo XXI, implica “considerar que elementos como la alianza del gobierno de Netanyahu con partidos de extrema derecha, intensificando las políticas contra Palestina, el traslado de la embajada estadounidense a la zona israelí de Jerusalén bajo el mandato de Trump y las expresiones antisemitas de Mahmud Abás durante estos años, han sido factores que han incrementado las tensiones diplomáticas durante la última década”.
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Es importante destacar que, a estos factores mencionados anteriormente, también se suma, el asentamiento de Hamás en la Franja de Gaza y el recrudecimiento de su accionar armado, frente a un Estado de Israel que año tras año se ha venido haciendo más conservador e instigador con las comunidades que habitan el territorio palestino.
Finalmente, el profesor Lucas considera que para mitigar la tensión entre Palestina y el gobierno de Israel “tiene que haber una especie de mediación internacional, donde múltiples partes, logren reconocer que ambos, tanto judíos como palestinos han cometido delitos y así llegar a una especie de tratado de paz, sin embargo, esto solo es posible con la desaparición de Hamás por la vía del diálogo, ahí es donde radica la verdadera complejidad del asunto”.
